martedì 29 aprile 2014

(ES) Correr en Central Park


Al principio puede parecer un entrenamiento habitual pero cuandoo me paro a pensar, mientras corro, es una experiencia bastante emocionante. Los árboles y los prados, los rascacielos de fondo, voces, pájaros cantando, las notas de los músicos callejeros que siempre se reúnen en el Central Park. Los colores, de la hierba y las flores, los árboles en flor, el cielo azul... uno de los pocos sitios de Nueva York donde se puede admirar el cielo... colores, imágenes y sonidos que llenan la mente y la imaginación. 


 Muchos corredores, muchos ciclistas, unos al lado de los otros pero en carriles separados por las amplias carreteras alfaltadas y caminos más internos del parque. Un lugar mágico, una isla de tranquilidad en medio de la gigantesca metrópolis. La carrera en sí tiene un ritmo más tranquilo que el ir y venir frenético de las calles de Nueva York, com suspensa en el tiempo que parece pararse en Central Park. 




Sí, es un sitio donde se para el tiempo. Y el espacio se dilata. 

 

Pienso que estoy a miles de kilómetros lejos de casa y sin embargo, sentirme como en casa. Empiezo con mi calentamiento habitual, una salida lenta para que se acostumbre mi respiración. Mientras corres nada es diferente, ni el idioma ni la cultura, correr sigue igual. Me pergunto si la próxima vez que corra entre los árboles del canal bajo San Luca sentiré lo mismo o me llevaré un poquito de Central Park, un poquito de Nueva York conmigo... 

* corro para recaudar fondos para la lucha contra el cáncer, si quieres correr conmigo, por favor, visita mi página de de donaciones aquí




Traducción por Susana F.










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